domingo, 28 de febrero de 2010

de malas (i found my self in wonderland)


e estado carente de buen humor estos dias, el warcraft no jala, tengo una gripe endemoniada, la muchosa en el cerebro me a blokeado la inspiracion, me mori la lengua T-T y me salio sangre, bueno, definitivamente no han sido mis dias, para colmo tengo que entregar un trabajo de dibujo tecnico para mañana y no tengo nada terminado!! joer! >_< (1999) jajaj quiero un gato de cheshire>w<...
como me gustaria vivir en ese lugar tan extraño y genial
quiero vivir en wonderland T-T

jueves, 25 de febrero de 2010

Cap. 1 caídos.


Una respiración lenta y pesada se escuchaba en la oscuridad, en ese lugar no existía nada más que eso, oscuridad que te helaba la sangre, oscuridad que te daba desesperanza.

¿Cuánto tiempo había pasado ya?, ¿Cuánto tiempo había estado encerrado en ese lugar?, todo su cuerpo estaba adolorido, sus heridas ya no sanaban, le costaba pasar aire y ya no sentía sus manos a causa del frio metal de los grilletes que le aprisionaban.

Un ruido hizo que volviera la vista hacia la puerta de su prisión y la luz que emano de afuera le lastimo los ojos, se había hecho la falsa ilusión de que venían por el, pero eso no era mas que una ilusión y su cabeza callo pesadamente al ver que no eran mas que sus verdugos quienes caminaban hacia el.

- ¿Esperabas a alguien Alexiel?-. pregunto en burla uno de ellos, mas él no se molesto en responder.

- Te hice una pregunta-. Continúo acercándose y tomando por la quijada al agotado pelinegro.

- No me veo…obligado a responderte…escoria-. Contesto con voz cansada pero arrogante.

Aquel hombre molesto tenía una apariencia desalineada, poco agradable, no era muy alto, pero si muy corpulento, aparte de calvo, sus ojos estaban un poco saltones uno de ellos fuera de su órbita y al oír la respuesta de el hombre pelinegro su seño se frunció y mostro los pocos dientes amarillentos que su boca aun conservaba

- Tu…-.refunfuño volviendo su mano puño y preparándose para propiciarle un fuerte golpe al pelinegro, pero su acompañante un hombre bastante más alto que el, de largo cabello negro y facciones mucho más finas, esa persona que hasta el momento no había dicho palabra alguna y cuya apariencia era visiblemente más agradable que la del otro hombre, le detuvo el golpe.

Por momento pensé que ese hombre era una buena persona, pero me equivoque...

- Espera…guarda tu ira para lo que venimos a hacer-. Dijo mostrando una sonrisa de satisfacción a lo que el otro también sonrió, para luego ver al pelinegro que ponía atención a cada palabra.

Luego pude ver como uno de ellos tomaba un serrote, como los que se usan para talar árboles y luego vi todo mas claro, aquel que permanecía encadenado tenia alas, dos pares de alas, blancas y lastimadas que permanecían ganchadas en cuatro garfios.

Vi también como aquellos que parecían hombres se acercaban a el, uno le tomaba una de las alas y el otro con el serrote, empezaba a…

- Quise detenerlos pero...por más que corrí jamás llegue a donde estaban, por lo menos no en el momento en el que ellos...-.dije con frustración, apretando las colchas de mi cama y frunciendo el ceño.

- Mime solo fue un sueño…-. Me dijo Melissa o momo como me gustaba llamarla, mi mejor amiga que intentaba tranquilizarme.

- Lo se pero fue tan real…-. Murmure aun atontada por mi mal despertar.

- Yo también lo sentí real cuando me beso el guapísimo de Johnny Deep…pero al final también había sido un sueño-. Dijo con aire desanimado para luego ponerse de pie y dirigirse a mi armario.

- Lo único bueno de que tuvieras una pesadilla es que te levantaste temprano y me ahorraste le molestia de levantarte-. Comento mientras sacaba la ropa que me había escogido para hoy y me lo lanzaba.

- Vamos que ya va hacer hora de ir al instituto-. Continúo ella mirándome con su habitual entusiasmo en los ojos.

Y aquí venia un día como los demás...

- No voy a ir-. Bufe mientras me acurrucaba entre las sabanas, para ser franca yo era una verdadera floja.

- ¡Como que no!-. dijo momo tomándome los pies y sacándome de la cama, cabe decir que me propicie un fuerte golpe en el piso al caer del colchón, pero momo no me dio tiempo ni de sobarme cuando ya me estaba dando órdenes.

La mire con amargura, y torpemente empecé a ponerme de pie, sobando mi parte trasera, sin querer prestarle mucha atención a mi escandalosa amiga.

- -te cambias ya y déjate de “no voy a ir”-. Esto último lo dijo en un patético intento de imitar mi voz y frunciendo la cara justo como yo lo hacía.

- Está bien-.accedí a regañadientes, era la segunda vez en la semana que me sacaba a golpes de mi cama y era casi seguro que no sería la última vez que lo hacía, cuando encontraba la forma de levantarme ya no había manera de detenerla, lo digo porque ya había intentado con saltarme encima, lo que no le sirvió ya que tengo sueño pesado, otra de sus grandes ideas fue tirarme agua en la cara, cosa que solucione girándome y cubriéndome con dos colchas, pero con esto, a menos de que me atara a la cama, nada funcionaria .

- -pero no tengo nada que hacer ahí-. Continúe refunfuñando mientras me ponía de pie y me despojaba de mi cálida pijama, para ponerme lo que momo me había lanzado, un conjunto bastante extravagante, incluso estaba segura de que la ropa ni siquiera era mía, así que la lance hacia la cama y abrí el closet para escoger mi propia ropa, una blusa blanca, un sweater beige por si me daba frio y un pantalón de mezclilla estaban bien, al fin de cuentas solo iba a la universidad y no a un concurso de moda.

Para cuando abrí la puerta de mi cuarto momo ya estaba sentada en la mesa del comedor comiendo un pan tostado con mermelada y un jugo de naranja.

- ¿Cómo es que te das tiempo hasta para prepararte algo de comer?-. dije tirándome en el sofá de la sala, haciéndome ovillo entre los cojines, estirando las mangas de mi sweater para cubrir mis congeladas manos y mirando por la ventana, el sol aún no salía y hacia el frio acostumbrado en la ciudad a esas horas, ahora me preguntaba, ¿Por qué tenía que hacerle caso a “momoneitor”?.

La falta de sueño me estaba atolondrando, puesto ya habían pasado varias noches con la misma pesadilla recurrente y siempre despertaba antes de saber que pasaba, el grito de dolor que el ángel propiciaba me hacia saltar de la cama con frenéticas palpitaciones y para colmo la hiperactividad de mi amiga no me permitía pegar el ojo ni un segundo.

- Mime vámonos…-. Me dijo momo mascullando el pan y alcanzando su bolso.

- Pero aun falta media hora-. Refunfuñe levantándome y arrastrando los pies al caminar.

- Lo que pasa es que hoy tenemos exámenes y tengo que estudiar antes de presentar el primero-.me explico, poniéndose acelerada y corriendo de un lado a otro para acomodar sus útiles regados por toda la casa, pero para mi suerte yo ya había pasado exenta en esos parciales y tenia casi todo el mes libre, aun que la rectora me había estado presionando para entrar a un concurso de confrontación académica, pensar en ello me daba una lata que estoy segura que pueden imaginar, y es que prefería mil veces estar en clases, que estar encerrada en la biblioteca, con una profesora soltera, amargada y fumadora como mi tutorar.

- ¡¡¡Rapidito!!!-. grito momo mirándome apurada y saliendo del departamento con las llaves de su auto en la boca, con pereza Salí tras de ella para bajar casi corriendo por las escaleras que daban al pequeño patio en donde los niños solían jugar, afuera de ahí en frente de los departamento estaba su flamante “bebé” como ella llamaba al mustang blanco que sus padres le habían regalado cuando cumplió los quince.

Melissa venia de una familia en una posición económica bastante favorable, su familia tenían grandes puestos en empresas importantes fuera del país, por lo tanto momo casi siempre estaba conmigo y me sorprendía que teniendo tanto dinero ella hubiera aceptado vivir en aquellos pequeños departamentos, ella y yo nos conocimos cuando estábamos en el colegio, muchas de las niñas le buscaban solo por su popularidad y ella estaba acostumbrada a que todo lo que quería se le daba y aun que al principio no la soportaba y le evitaba constantemente, eso fue lo que le hizo encapricharse conmigo hasta el punto de que se hizo llamar mi mejor amiga a mis espaldas, claro que conforme fuimos creciendo nos volvimos inseparables, a pesar de que su carácter era completamente diferente al mío.

Ella y yo nos habíamos mudado a san Luis hacia tres meses para empezar la universidad y como era de esperarse momo capto la atención de muchos en la escuela, claro y como no hacerlo si ella era bastante bonita, con su largo pelo oscuro y sus grandes ojos negros, mientras que yo prefería pasar desapercibida, pero muchas veces mi pelo naranja llamaba mucho la atención, había estado pensando seriamente en pintármelo de algún color oscuro para dejar de ser tan llamativa, pero Melissa me había amenazado con desordenar mi estanterol de libros, claro pensaran que exagero y soy extraña, pero había tardado 8 horas en acomodar mis 178 libros alfabéticamente y por categoría, bueno como fuera el pasar desapercibida sirvió menos con los profesores y no precisamente por mi apariencia si no que gracias al examen de admisión que se dieron cuenta de que mi IQ no era normal y ahora me habían convertido en su conejillo de indias.

- Hoy esta mas frio que ayer -. Tirito momo tallándose los brazos para darse calor.

- Manos al volante-. Indique al ver como se soltaba.-pues a mí me agrada el día-. Comente, momo me miro con una ceja enarcada como diciendo “¿enserio?” y luego volvió la vista al frente.

Más adelante se podía ver la barda metálica de color verde de la universidad a la que asistíamos y supe que como otros días me esperaba una mañana llena de monotonía aburrida.

- Buenos días -. Dijo momo llegando a la caseta del estacionamiento.

- Buenos días -.contesto el guardia permitiéndonos el paso.

Momo estaciono el auto donde siempre, bajo un árbol de eucalipto que estaba cerca de las oficinas principales de la institución.

Salí del auto estirándome y moviendo el asiento para sacar mi mochila y la de momo.

- Vamos -. Me dijo momo adelantándome el paso, como siempre momo acelerada, definitivamente tenía que ver con su dieta a base en panecillos de chocolate.

- Ya voy…-. Conteste con pereza mientras le seguía con pasos pesados y me recogía la maraña de rizos que tenia por cabello.

Al entrar lo primero que podías observar eran unas grandes jardineras cuadrangulares rodeadas por unas bancas color verde y los verdes jardines, basta decir que el primer día momo y yo llegamos veinte minutos tarde por que nos habíamos perdido.

En cuento estuve en la explanada me tumbe en una de las bancas, aun faltaban veinticinco minutos para el timbre y a pesar de que no me veía obligada a entrar a clase, debía de darle una respuesta a la rectora en cuanto al concurso, tenia que hacerlo si quería mantener mi beca intacta y mi expediente reluciente, pero nada me quitaba la pereza de mantenerme estudiando y repasando lo que yo ya sabia de memoria.

- ¿Que vas a hacer? -. Me pregunto momo mirándome curiosa.

- Es probable que me pase la mayor parte de la mañana con la directora -. Respondí

- Entonces aceptaste ir a la competencia-. Dijo Melissa casi impresionada.

- ah…si -. Suspire recargando mi cabeza en mi mano.

- ¡¡¡Buenos días!!!-. gritaron desde la entrada gire la cabeza para ver quien era.

- Buenos días -. Contesto momo saludando con la mano a Paulina o “Pao” una compañera del salón, ella y momo tenían el mismo carácter explosivo y extrovertido por lo cual cuando se aliaban era mejor que yo me alejara en un radio de diez metros de lo contrario me convertía en el blanco de sus acosos, pero esta vez era seguro ya que venía con Henry otro compañero y un chico de un grado superior al nuestro… ¿Cómo se llamaba?...Matías, si su nombre era Matías.

- Buenos días Jime…- me dijo saludándome.

- Buenos días-. Respondí, ¿acaso no había otra manera de saludarse por las mañanas?, me pregunte cansada de el habitual “buenos días”, oh bueno ya me inventaría algo para remplazar esa frase.

- Escuche que te ha ido bien -. Dijo Matías sentándose a mi lado.

- No hay de qué quejarse -. Respondí volteando a verle

- Que modesta -. Me dijo sonriendo algo nervioso, no entendía por que ese chico se ponía así cuando se me acercaba, pero tampoco le iba a poner atención, para ser sincera una relación era lo que menos cruzaba mi cabeza y si cruzaba no era con ninguno de mis actuales compañeros ni de clase, ni de escuela, si me iba a fijar en alguien mas maduro que todos a mi alrededor, aun que había que aceptar que Matías era un chico muy lindo y con su cabello rubio y ojos miel tenia a más de la mitad de las chicas de la universidad loca por él, me concentre mirando como el chico tartamudeaba y se ponía rojo de vez en cuando, aun que como no le ponía atención a lo que decía no sabía de que me hablaba y tampoco me di cuenta que mientras yo me sumía en mis pensamientos el timbre había sonado y momo cruzaba como un rayo la explanada.

- ¿No vienes? -. Me pregunto Matías poniéndose de pie y mirándome de reojo.

- Tengo que ir a la dirección -. Respondí evadiéndole.

- Esta bien, nos veremos luego -. Me dijo despidiéndose con un tono algo lastimero.

Después de eso vi como él se fue alejando, de vez en cuando volteaba a ver en mi dirección hasta que llego a las escaleras y entonces se perdió de mi vista.

Y ahora si a disfrutar de un momento de tranquilidad, me dije sacando un libro de mi bolso y recargándome contra la pared de la jardinera.

Momo subía las escaleras corriendo, volteando a mirar a Pao a quien había dejado atrás desde que habían partido de la explanada.

- Rápido -. Decía la pelinegra riendo mientras veía como su amiga le seguía agitada y ya casi sin aliento.

- Espera no puedo seguirte el ritmo -.decía jadeando la castaña, unos cuantos escalones más abajo que momo.

- No puedo seguirte el ritmo vas muy rápido-.continuo la paulina recargando sus manos en las rodillas para tomar un poco de aire.

- Eres muy lenta-. Dijo momo riéndose al ver como su amiga descansaba sentada en los escalones.

- Vamos date pris…- dijo girándose para saltar al ultimo escalón, pero la chica no termino de hablar ya que adarce la media vuelta para volver a correr, su cuerpo impacto con algo, por suerte para ella no había rodado por las escaleras ya que había caído hacia el lado del pasillo y algo le había amortiguado el golpe.

- Ay que daño…-. Se quejo sobándose la cabeza y percatándose de que lo que le había hecho suave su caída era un chico de ojos verdes y cabello castaño, casi cobrizo que la miraba como si quisiera matarla por haberlo hecho caer, inmediatamente al ver la expresión de aquel joven Melissa intento remediarlo.

- Di…discúlpame -. Dijo momo poniéndose de pie rápidamente.- ¿no te e roto algo?-. pregunto tratando de bajarle el enojo al joven.

Pero no tuvo éxito...

- Solo cuida por donde caminas…torpe -. Contesto cortante el castaño incorporándose y sacudiendo su ropa para luego dándose la media vuelta, no sin antes haber mirado a momo de arriba abajo con aire de superioridad en su rostro y dejando a la chica fría por semejante contestación.

- Huy ¿estas bien?-. pregunto Pao acercándose con un tono burlesco que hirió mucho más el narcisismo de Melissa.

- Yo si, pero mi ego no-. Refunfuño momo tomando sus cosas del suelo y acomodándose el cabello, para seguir con sus furiosos ojos al castaño que caminaba a lo largo del pasillo, todos estamos seguros de que en esos momentos ella se moría por sacar algún libro de su mochila y lanzárselo en la cabeza, pero sabía que si lo hacia se metería en muchos problemas.

- Vamos rápido el profesor no debe tardar en llegar-. Dijo Pao divisando las intenciones de la pelinegra y adelantándose a los posibles movimientos de momo la tomo del brazo y jalo con ella por el otro pasillo.

- Si -. rezongó la pelinegra sin muchas ganas aun sin despegar la vista del lugar en donde habían herido su amor propio.

Aun me la estaba pasando de lo lindo, mientras leía una de mis más recientes adquisiciones, era toda una saga de libros de vampiros que me mataban en especial por el bello antagonista, pero la protagonista me parecía sumamente sosa, casi se perecía a mi, la única diferencia era que ella tenia a un sexy vampiro y yo no tenia nada, yo quería algo así, sería bastante excitante vivir peligros como los que narraba el libro, además tal vez sonaría cursi pero la idea de ser amada por siempre me parecía muy romántica, justo está pensando en mi vida al lado de una de esas bellas criaturas, cuando sentí la presencia de alguien delante de mí y me vi obligada a bajar el libro.

- Buenos días señorita -. Me saludo la rectora, “demonios” pensé, tenía que encontrármela justo en esos momentos cuando me encontraba en el pleno clímax de mi lectura.

- Buen día directora-. Respondí lo más falsamente posible para que sonara bien.

- ¿Cómo esta? -.me miro pro sobre los espejos de los anteojos con sus ojos verdes y cansados.

- Bien directora, muchas gracias -.sonreí y me gire unos segundos para guardar mi libro en la mochila.

- ¿Ya ha pensado lo que le propuse?-. me pregunto enarcando su delgada ceja, sin siquiera darme oportunidad de preguntarle cómo se encontraba ella.

- Si, ya lo he pensado-.musite aun pensando en que respuesta le daría, es decir de decir q si estaría por lo menos medio mes estudiando dentro y fuera del horario de clases, además el único profesor que asesoraba era el señor Martínez que era un reverendo ogro, pero si no lo hacía estaba segura que me lo recalcarían toda mi estancia en la universidad, aparte de los posibles comentarios de la directora y un espacio vacío en mi expediente, más que nada era eso lo que me preocupaba, ser la mejor era lo único que yo quería y si eso implicaba estudiar de mas entonces lo haría.

El tiempo en el que me había quedado en silencio la rectora me había mirado impaciente por una rápida respuesta así que se la di.

- lo hare-. Respondí tomándome un poco enserio mi respuesta y echándome la mochila al hombro.

Pude ver que al oírme el rostro de la directora se ilumino y una sonrisa no se hiso esperar.

- Me alegra que tomara esa decisión-. Sonrió satisfecha a mi respuesta.

- porque no me acompaña a mi oficina quisiera llevarla a que conociera a un viejo amigo catedrático en literatura-.sugirió mirándome.

¡¿Qué acaso empezaría ese mismo día con la tortura?!

- Está bien-. Musite casi refunfuñando de amargura, el solo oír como lo había dicho me había cansado, pero que le iba a hacer, me puse a seguirla por la explanada hasta las oficinas de la universidad hasta que por fin llegamos aquel lugar que yo conocía de memoria ya que últimamente ahí pasaba muchas horas del día ayudando a las secretarias con las computadoras o los “monstruos tecnológicos” como las llamaban las más antiguas de las secretarias, me gustaba bastante aquel lugar, era cómoda y tranquila a acepciones de cuando la directora no tomaba su café matutino, entonces si la cosa era un caos.

- Me puedes esperar aquí unos minutos, tengo que hacer una llamada-. Me dijo ella abriendo la puerta de su oficina y permitiéndome el paso.

- Por supuesto-. Respondí tomando asiento, cuando la vi salir todo mi cuerpo se hundió en el asiento y di un largo suspiro.

- oh, estas aquí-. Dijo una voz que yo conocía, era Anabel, la prefecta y mi espía personal.

Anabel era una mujer bastante alta, yo le llegaba al pecho o un poco más abajo, era de piel morena y oscuro cabello que llegaba hasta su cuello, de naturaleza bastante parlanchina y al ser solo cuatro años mayor que yo me veía como su amiga.

- Hola-.le dije girando la silla para verle de frente.

- Ay adivina que-.me dijo con suma emoción, pero yo era mala adivinando.

- ¿Qué?-.le pregunte mientras me enderezaba.

- Pues Tenemos un nuevo profesor de literatura, su nombre es Edward Blake, el y su hermano vienen de Inglaterra y los dos están para morirse -.me respondió hablando rápidamente mientras tomaba asiento frente a mí.

¿Ingleses? Que interesante...

- ¿su hermano esta aquí?-.pregunte un tanto interesada en el tema.

- Si y lo mejor es que esta en tu salón, aun que debo de decir que es un chico muy serio y habla muy poco, si no me equivoco su nombre es Aarón, Aarón Blake-. Contesto volteándose hacia la computadora y encendiéndola.

No pude evitar sentirme más interesada por los recién llegados y ahora más que nunca quería estar en mi salón, no me la creía, un maestro de literatura de nombre Edward Blake yo amaba es nombre y según Anabel estaba para morirse, no lograba imaginármelo y la curiosidad empezaba a invadirme.

- ¿y como es? -. Le pregunte fingiendo desinterés y jugando con uno los rizos que se escapaban de mi coleta.

- ¿Quién?-.dijo Anabel interrumpiendo su trabajo y volteando su silla hacia mi.- ¿el profesor?-.pregunto, yo conteste con la cabeza, a lo que ella respondió con los ojos iluminados, como si hubiera estado esperando esa pregunta desde hace mucho.

- No debe de tardar en llegar, pero mira, es de ojos azules, una azul así como que turquesa y cabello negro un poco largo pero no demasiado y como casi siempre lo usa alborotado se ve guapísimo -.realmente parecía que Anabel disfrutara describiéndome a tan aparente bella criatura por lo cual no pude evitar reírme.

- es un poco mas alto que yo, y tiene la piel blanca, casi siempre viste muy casual, es una persona reservada y muy estricta en clase, pero fuera de ellas se relaja y le vez más tranquilo…-.continuo ella con una cara que más bien hacia parecer que aquel hombre fuera un ángel caído del paraíso.

Desde ese momento deje de prestarle atención a la voz de Anabel y me sumergí en mis pensamientos, cielo santo, este año iba a ser tan prometedor y por alguna razón mi cabeza fue invadida por la canción de un grupo argentino, era la canción mas morbosa que había escuchado, pero por razones obvias me había llegado, una risilla torpe se me escapo y volví a mi posición inicial, hundida en el sillón mientras que mi imaginación divagaba en torno a la plática o mejor dicho, en torno al profesor Blake.

Momentos después vi entrar a la directora, masajeándose las sienes y dando un largo y cansado suspiro, para trasladarse hasta su escritorio y sacar su bolso de una de las gavetas de este.

- Parece que te voy a tener que llevar yo…-. Suspiro volteando a verme.

- ¿Por qué?-.pregunte mirando con curiosidad y alcanzando mi mochila.

- Por que el profesor Blake no ha llegado y no pude localizarle…-.

Cuando le oí luche por no hiperventilar en ese lugar, tan mala suerte tenia, refunfuñe para mis adentros, demonios tan grande oportunidad desperdiciada de esa manera.

- Por que no vas y dejas tus cosas en el salón, yo te espero en el estacionamiento-. Me dijo la directora.

Tal vez no seria tan malo, por lo menos conocería al menor de los Blake si iba a mi salón, por lo cual acepte la proposición y tome mis cosas rápidamente para salir de la oficina a zancadas.

(Narración por Melissa)

- ¿Por que el profesor no entra? -. Pregunte intentando de ver hacia a fuera del salón en un intento de ver que era lo que pasaba.

- Yo creo que ya no tuvimos examen-.murmuro Paulina sonriéndome.

- No estés tan segura-. Dije tratando de escuchar que era lo que hablaban.

- Muy bien pasa-. Dijo el profesor permitiéndole el paso al castaño con quien yo había chocado en la mañana, era de esperar que mi reacción al verlo no fuera muy buena, el tipo me había parecido un pedante.

- Escúchenme -. Dijo el profesor deteniendo el barullo que habían formado las chicas al ver al recién llegado.

“Jajá, como si el tipo ese estuviera tan guapo” pensé frunciendo mi labio superior y recargándome sobre mi mano derecha.

- su nombre es Aarón Blake y desde ahora será parte de este grupo-.anuncio el profesor, para mi desgracia ya que el tipo ese me había caído como patada en el hígado.

Pero que se sentía mirando a todos como si fuéramos seres inferiores a él, en cuanto había entrado había visto a todos en el aula, parecía que buscara a alguien pero a mí que me importa, con que se mantenga alejado de mi me bastará.

- Puedes sentarte donde quieras-. Continúo el profesor y pude ver como el imbécil ese empezó a caminar en dirección a mi fila, en la cual solo había libre el banco que mime solía ocupar y que estaba frente a mí.

“no vengas para acá” ordene mentalmente pero al parecer mi mensaje no había sido captado ni siquiera un poquito ya que el tal Blake coloco su mochila a un lado del asiento de mime y se sentó en este.

- Ese lugar esta ocupado-.musite entre dientes, el castaño me miro por sobre el hombro.

- Yo no veo a nadie aquí-.dijo y sin más se viro.

- Deberías de aprender modales-.repuse con enojo golpeando levemente con la palma de mi mano su espalda, por lo que me miro como si yo fuera una criatura radiactiva.

- Deberías aprender a quedarte callada mocosa -.contesto Aarón con su insoportable tono de voz.

- Patán -.dije lo suficientemente alto para que toda la fila le ollera, pero al chico pareció no importarle.

- Tranquilízate-. Dijo paulina tomándome el hombro, solo bufe frustrada mientras cruzaba los brazos y miraba por la ventana, fue entonces que vi a mi pelirroja y torpe amiga caminando por el pasillo como siempre con suma lentitud y calma, con la cabeza baja mirando al suelo; Pao también la vio se rio levemente al ver como la chica se cuidaba de tropezar.

- Mime no es tan torpe como para tropezar o ¿sí?-. Dijo la castaña sonriendo.

- De seguro que trae la cabeza en otro lugar-. Conteste sonriendo también.

(Narración Jimena)

Quería hacer el menor tiempo posible de la dirección al salón, darle tiempo al profesor Blake para que llegara en pocas palabras.

Cuando caminaba por el pasillo pude ver que momo y Paulina me miraban y reían, de seguro hablaban cosas vergonzosas de mí.

La puerta ya estaba cerca, así que me apresure en tocar, desde adentro el profesor me indico que pasara.

- Buenos días señorita -. Me dijo al verme entrar.

- Buenos días-. Respondí caminando hacia mi lugar, pero vi que estaba ocupado por un chico de cabello castaño y ojos verdes que se posaron en mi al instante en el que entre.

Pude ver en su rostro una expresión de sorpresa al verme entrar, sorpresa que se transformo en una sonrisa de medio lado que me hiso ponerme algo roja, ¿Qué habrían hecho ustedes si un chico tan atractivo como lo era Aarón Blake les mirara y sonriera de esa forma?

“Así que el es Aarón Blake “, me dije a mi misma “no está nada mal” la arrogancia en su mirada me impido dejar de verlo mientras caminaba en dirección a el, cuando pase a su lado sentí una extraña sensación como si por el cuerpo me hubiese recorrido una leve corriente eléctrica que al parecer el noto ya que viro su cabeza hacia mi para que nuestras miradas se encontraran, al verlo directo a los ojos algo estremeció mi cuerpo, gire la cabeza rápidamente para esquivarle la vista, por alguna razón mirarle a los ojos me había hecho recordar mi extraño sueño y torpemente tratando de recuperarme de aquel lapsus en el que me había perdido, Camine hasta el lugar de momo y deje mi mochila en el asiento vacío de atrás de ella.

- ¿No te vas a quedar?-. me pregunto volteando a verme y haciéndome una mueca de desaprobación con el chico que tenia enfrente.

- Hoy no, la directora me llevara a la universidad autónoma, a conocer a un catedrático que me puede ayudar en el concurso-. Respondí botando la mochila, encogiéndome de hombros y dándome la media vuelta.

Pude escuchar a momo decir “te odio” por entre los dientes, por lo cual me reí un poco.

- Con permiso -.dije saliendo del salón y dando un respiro al no sentir la presión que la mirada de Aarón Blake me había causado, pero cuando mire por la ventana me encontré nuevamente con su mirada fija en mi lo que me hiso retroceder y chocar contra la pared, gire rápidamente sobre mi pie derecho y camine a toda prisa por el pasillo hasta sentirme lo suficientemente alejada de su ojos, ya iba mas tranquila cuando bajaba las escaleras y me sentí completamente aliviada cuando crucé la explanada para dirigirme al estacionamiento de la escuela, donde la suburban de la directora me esperaba.

- ¿Todo listo? -. Me pregunto encendiendo el motor.

- Si…- .respondí poniéndome el cinturón de seguridad.

Cuando salíamos de el estacionamiento vi a lo lejos un flamante carro que se acercaba, no lo había visto antes y era de esos carros que si los veías no los olvidabas, era color vino y estaba bastante flamante.

Cuando lo vi entrar al estacionamiento de la escuela me sorprendí.

- Oh mira ya ha llegado-. Dijo la directora mirando por el retrovisor.-pero no vamos a regresar seria mucha pérdida de tiempo-.

Entonces comprendí quien había llegado, por dios, ¿él tenia semejante auto?

- No esta bien, usted tiene cosas que hacer y a mi no me molesta en lo mas mínimo -.dije intentando convencerla de regresar, ese auto era el del profesor Blake, malditos vidrios polarizados que no me habían permitido verle el rostro.

- Así esta bien, por mi no te preocupes-.me contesto la directora, sin entender mi desesperación por regresar, por primera vez sentía tanta curiosidad, era seguro que explotaría si seguía así, ahora entendía a momo, pero yo no quería convertirme en algo como ella así que me dije a mi misma.

“tranquila tarde o temprano sabrás como es, es mas a lo mejor y ni guapo es”

Aun que convencerme de eso era un tanto difícil, por que yo ya lo había imaginado como un dios en mi cabeza.

Durante todo el camino me la pase mirando por la ventana, casi no hablaba, solo respondía con cortas palabras las preguntas que me hacia la directora.

Como quería estar fuera del auto caminando por la calle como las demás personas y no dirigiéndome al palacio del aburrimiento, para ser sincera ya estaba harta de estar de concurso en concurso, ¿Por qué no podía estar haciendo examen como momo?, o ¿por que no podía estar con mis amigos?, todos estos pensamientos me hicieron bufar amargamente y cruzarme de brazos.

Para colmo si ganaba el concurso solo me daban un reconocimiento, un estúpido pedazo de papel que decía “felicidades”.

¿Realmente valía la pena esforzarme para eso?

- Gracias…-.me murmuro la directora haciéndome voltear a verle.

- ¿Por qué?-. le pregunte.

- Pues por aceptar ir, realmente había pensado que su respuesta seria no, pero veo que me equivoque y confío en que usted traerá el primer lugar para nosotros -. Me dijo sonriéndome, ay demonios me había dejado desarmada con esas palabras y me había puesto un saco más de preocupaciones en la espalda.

Después de unos cuantos minutos en silencio total pude ver el edificio central de la UASLP*, estaba justo enfrente de la plaza fundadores.

- ¿Ahí nos vamos a encontrar?-. le pregunte a la directora, durante el mes que teníamos viviendo en San Luis había pasado incontables veces por ese lugar sin saber que era, es mas del otro lado de la plaza estaba la parroquia un restauran al que momo y yo íbamos cuando no teníamos nada que comer en casa.

- Si -. Me respondió la directora volteando a verme, mientras hacíamos cola para entrar el estacionamiento que había bajo la plaza, hasta que por fin llego nuestro turno y bajamos por la rampa hasta el estacionamiento, la directora tenia un lugar reservado al igual que momo, así que no batallamos en conseguir lugar y salir de ahí.

El sol había salido pero el clima aun era frio, lo cual hacia que el sol te ardiera en la piel y lastimara los ojos, por lo cual decidí soltarme el cabello y acomodármelo a los lados del rostro y bajarme las mangas del sweater ya que el sol y mi piel no eran buenos amigos .

Mire el edificio desde el centro de la plaza, todas la veces que había pasado frente a el mientras dábamos la vuelta o buscábamos donde comer me había preguntado que era y si alguna vez iba a podre entrar, pero ahora que estaba apunto de hacerlo quería darme la media vuelta y salir corriendo, donde momo y yo vivíamos estaba algo lejos de ahí pero yo tenía las llaves guardadas en el bolsillo de sweater y algo de dinero así que podría tomar un taxi y no habría problemas, aun que todos mis planes se fueron a la borda cuando la directora me agarro por el cuello y me empujo hacia el edificio.

Cuando entre no me la creía, era un lugar sumamente lindo, será por que lo primero que vi fue el jardín, había una fuente en el centro y unos cuantos arboles en jardineras que proyectaban su sombra en las paredes color amarillo colonial con cenefas color “enchilado”.

- vamos es arriba-. Me dijo la directora dándome palmadas en la espalda para que avanzara por el pasillo hasta encontrarme con las escaleras, por donde subí dejar de observar a mí alrededor, hasta que llegue al segundo piso.

- por aquella puerta-. Me dijo señalando una puerta mas adelante.

- ¿esta?-. Pregunte poniendo me de pie frente a ella y la directora accedió con la cabeza.

Cuando abrí la puerta vi a un hombre canoso que nos esperaba sentado detrás de un escritorio de madera.

- Buen día-. Dijo viendo como la directora entraba detrás de mí.

(Narración de Melissa)

Desde que mime se había ido, yo me estaba aburriendo de lo lindo y para colmo el arrogante del chico nuevo no dejaba de buscarme bronca, ya casi erra hora de la clase de educación física la única materia en la que pasaba con un diez limpio, pero no me sentía con ánimos de nada, realmente pensaba que hubiera sido mejor obedecer a mime y habernos quedado en casa, pero ahora que hacerle.

- Oye momo-. Me dijo Pao recargándose en mi pupitre.

- Mande-. Dije volteando a verla.

- ¿Quieres estar en mi equipo esta vez? -. Me pregunto sonriendo, y me pude percatar de q los ojos verdes delante mío nos observaban por sobre el hombro y una sonrisa de medio lado se le dibujaba en el rostro.

- ¿Que te parece gracioso?-. le pregunte molesta ya me había colmado la paciencia, pero no me contesto nada, solo pude percibir una ligera risa entre dientes que me hizo bufar y virarme por completo hacia paulina.

- Claro -.le conteste enfatizando para que aquel tonto me ollera y momentos después vi a Henry acercándose al castaño, me vi obligada a poner atención en la charla que se aproximaba para ver de que manera me vengaría de todas las que me había hecho hasta el momento.

- ¿Aarón verdad?-. pregunto Henry captando la atención del chico.

- Si -. Contesto con voz cortante.

“era un arrogante” pensé al oír como contestaba como si todos fuéramos menos que el.

- Mi nombre es Henry -. Se presento sonriéndole al recién llegado, pero el otro solo enarco una ceja y volvió a lo que hacia.

Pobre Henry yo que el le hubiera mandado al diablo por el caso omiso que le prestaba.

- Ahora si ya me colmaste-. Le dije poniéndome de pie y haciéndolo voltear hacia mí.

- No puedes tratar a las personas como si no fueran nadie y tu eres el mayor arrogante que e tenido la desgracia de conocer -. Al oírme se le dibujo una sonrisa de satisfacción y enarco ambas cejas como si todo lo que le decía le causara mucha gracia.

- Y tus eres la persona más atolondrada y escandalosa que se ha cruzado en mi camino-. Me respondió bostezando y guardando sus manos en los bolsillos del pantalón, para luego caminar hacia la puerta y salir del salón.

¿Cómo se le ocurría dejarme así?, de no ser por que en la escuela las peleas estaban penalizadas con la expulsión era seguro que le rompía la cara.

- Esta bien momo, cada quien tiene diferente carácter-. Me dijo Henry sin parecer molesto por lo grosero q Aarón se había comportado con el.

- Pero el carácter de ESTE me va hacer explotar-. Refunfuñe mientras apretaba mis puños, para articular mis nudillos, estaba decidido, esto era la guerra.

- Vamos a cambiarnos momo-.me dijo paulina jalándome de la mano.

- Ya voy-. Le conteste, ideando un plan, en que podía humillar a ese arrogante, ¿qué podía hacer para que se le bajaran las ínfulas de grandeza?

Mientras caminaba a los vestidores con Pao lo vi otra vez, ya estaba sentado en una de las bancas de la cancha de fútbol.

¿Y si lo retaba a un partido de vóleibol?, yo era buena en eso, pero eso implicaba jugar con otras personas y esto era solo entre el y yo.

- ¿Qué estas planeando?-.me pregunto Pao descubriendo mis intenciones, ¿tan obvia era?

- No, nada -. Conteste tratando de ocultar lo que intentaba hacer.

- Déjate de tonterías, estoy segura de que hasta este momento, Aarón te ha mostrado su mejor parte, si le declaras la guerra, guerra te dará-. Me dijo paulina.

“traidora” pensé al ver que ella le defendía.

- Pues yo también he mostrado mi lado amable-. Conteste entrando a los vestidores y sacando de mi casillero el uniforme de deporte.

- No busques problemas con un chico tan lindo como el-. Me pidió casi rogando Pao.

“esta bien no iba anegarlo, el chico tenia un gran atractivo visual, pero es no aminoraba el hecho de que fuera un engreído, arrogante y patán”.

- Está bien, me quedare tranquila-. Dije para tranquilizarla, al fin de cuentas no me sentía con ánimos de hacer nada.

Después de cambiarnos Pao y yo bajamos a las canchas, los chicos estaban jugando futbol y todas las chicas permanecían sentadas en las bancas observando como bobas el partido, eso me pareció extraño ya que la mayoría eran muy deportivas y en otros casos estarían jugando en la otra cancha, pero hoy no, permanecían estáticas mirando el juego, lo que me hizo voltear a ver que les parecía tan interesante y comprendí al ver como Aarón Blake, se pasaba sin problema alguno por entre los demás jugadores, a quienes burlaba con una tal facilidad que hacia que todos los que pertenecían al club de futbol parecieran principiantes.

- Aparte también es un presumido-. Refunfuñe, cruzándome de brazos y caminando hasta una banca.

- Dime si no es bello…-.suspiro Pao sentándose a mi lado y recargándose en mi hombro.

- Define la palabra “bello”-.dije fastidiada viendo como el castaño se movía hábilmente hasta la portería, propiciándole una patada al balón que hasta el mismo portero tuvo que quitarse de en medio para no recibir el fuerte golpe de la bola que impacto contra la pared de la cancha.

- Ah, también desconsiderado, ¿te imaginas si el pobre diego no se hubiera quitado a tiempo que marca le habría quedado?-.

- Tu solo le vez el lado malo-. Me dijo Pao en tono de fastidio.

- ¿acaso tiene un lado bueno?-. le pregunte, pero cuando estaba a punto de responderme una voz la detuvo.

- Hey, yo juego-. Gritó Matías bajando por las escaleras rápidamente.

- No deberías de estar en clase-. Le dije.

- No, mi profesor no llego-. Me contesto parándose frente a mi.- ¿y mime?-. me pregunto buscándola con la vista.

- La directora la secuestro es probable que regrese hasta la salida-.conteste viendo como se formaba una mueca de inconformidad en el rostro de Matty., ultimadamente le veía muy interesado por mime.

- ¿Con quien voy?-. pregunto entrando en la cancha.

- Con nosotros-. Respondió un chico de nombre Alex.- el nuevo nos esta poniendo una paliza-.continuo el y pude ver como Aarón enarco una ceja como si le sorprendiera ese comentario.

- Matty me vengara-. Reí triunfante, Matías era el capitán del equipo de futbol, así que Aarón no tenia oportunidad contra el y quedaría humillado…o al menos eso creía.

Diez minutos después de que Matty entrara al juego el equipo de Aarón seguía ganando por seis goles a su favor.

- Es un monstruo-. Musite con la vista en el marcador, hasta que escuchamos el silbato del profesor que indicaba un cambio, el tiempo de los chicos había pasado y ahora nos tocaba jugar a nosotras y pobre de la portera del equipo contrario, yo estaba enfurecida y me iba a desquitar con cualquiera.

Justo caminaba hacia el centro de la cancha cuando él paso a mi lado con una sonrisa triunfante que me revolvió el estomago.

“¿Qué demonios le pasaba?, solo lo había tirado en la mañana, esa no era razón suficiente para que se me comportara de esa manera con migo”.

- ¿Me puedes decir qué demonios te pasa?-. Le pregunte agarrándole el brazo y haciéndolo voltear.

- A mi nada, tú eres la loca-. Me respondió.

- ¡Loca tu abuela!-. le grite, a lo que el volvió a sonreír.

- Para tu desgracia ya no tengo-. Me respondió soltándose.

- Pues entonces cualquier otro miembro de tu familia-. Dije apretando los puños.

- La próxima vez intenta con algo más creativo-. Contesto dándome unas palmadas en la cabeza y eso ya era el colmo del cinismo.

- Idiota-. Bufe para darme la media vuelta, un golpe “accidental” en deportes no era motivo de expulsión, solo tenia que buscar el momento indicado para dirigir el balón hacia su rostro.

Durante el transcurso del partido me concentre mas que nada en buscar el momento perfecto para golpearlo, pero casi siempre se quedaba en los lugares con gente y yo no confiaba tanto en mi puentearía.

- Momo concéntrate-. grito Pao pasándole el balón a momo justo en el momento en el que Aarón se volteo y caminaba en dirección hacia una banca.

Ese era mi anhelado momento.
“Toma eso” pensé lanzando el balón en su dirección, pero realmente no pensé darle hasta que vi como el balón le dio en la cabeza he hizo que esta se fuera hacia delante, luego vi como todos los que estaban sentados en las bancas se hicieron a un lado.

- Dijiste que no harías nada-. Me dijo entre dientes Pao.

La cabeza de Aarón se inclino y miro a su lado el balón, luego su pie se poso sobre el y giro sobre su eje para mirarme, esta vez si me mataba, lo sabia, me iba a matar y yo me había quedado estática sin posibilidad de correr y salvarme del golpe que su pierna preparaba, todos estaban en silencio mientras esperaban ver qué era lo que el enfurecido castaño haría y nadie se compadecía como para decirle cálmate y déjala, cerré los ojos y apreté la mandíbula esperando el golpe del balón.

- Hey cálmate-. Dijo una voz que no reconocí pero sentí que venía a salvarme así que abrí los ojos.

Era un pelinegro de piel blanca, que si bien Aarón no me había sacado el aire con un balonazo, el me lo sacaba con su sola presencia.

Estaba vestido con unos pantalones de mezclilla y una camisa blanca abierta hasta el tercer botón que dejaban ver un poco de piel de su pecho, los modelos de los reality shows se quedaban cortos a su lado.

Había tomado por el hombro a Aarón y con su pie había empujado la pelota dejándola fuera del alcance del castaño.

- Suéltame-. Rugió furioso zafando la mano del pelinegro de su hombro y dándose la media vuelta no sin antes lanzarme una mirada de “espera hasta que estés sola y veras” que me dio escalofríos.

- Ahora ya te metiste en problemas-. Me murmuro Pao recargándose en mí.

¿Donde demonios estaba mime en estos momentos?

Cuando termino la clase de deportes, me mantuve cerca de la gente por miedo a quedarme sola y encontrarme con Aarón, quien desde el momento en el que le golpe se había ido de la clase y ahora quien sabe por donde estaría esperando a la revancha.

Cuando llegue al salón lo vi sentado en el último asiento de la fila justo detrás de mí

“demonios” pensé, ¿que planeaba hacer?, ¿por que se había cambiado de lugar así?

- ¿Pao me puedes cambiar de lugar?-. le murmure.

- Por supuesto que no, tu te lo buscaste-. Me contesto dejando sus cosas en la mochila y sacando su monedero ya que era la hora del almuerzo.

- Pero…-

- Pero nada, pídele perdón por lo que hiciste-.me dijo Pao saliendo del salón, pase saliva al ver que el castaño me miraba fijamente con sus ojos verdes y su barbilla recargada en ambas manos, mire a mi alrededor…estaba sola y en problemas ya que Aarón se puso de pie quedando frente a mi, luego camino hacia mi costado y me miro por sobre el hombro para luego alejarse y salir del salón.

Di un suspiro de alivio al verme completa y sin rasguño alguno, tome mochila y me dispuse a sacar mi almuerzo, un rico y delicioso “dálmata”, pero cual seria mi sorpresa no encontrar más que la envoltura de este y un papal q decía “gracias por el almuerzo”.

Ese maldito se había metido con algo que no debía, se había metido con mi pan quesito de chocolate, relleno de crema y bañado en chocolate blanco con chispitas, eso ya era excederse.

- ¡¡¡Aarón Blake!!! -. Grite mientras bajaba por las escaleras para buscarlo en la cancha.

- ¡¡Ven y dame la cara!!-. no me importaba que todo el instituto me mirara como una loca, iba a encontrarlo y hacerlo pagar.

- Blake ¿Dónde te metiste?-.

- Detrás de usted-. me contesto una voz, pero no era la de Aarón, como iba yo a olvidar su fastidioso y arrogante tono de voz, así que me di la vuelta y pude ver que era el pelinegro que me había salvado del golpe seguro en educación física.

- Disculpe, pero estoy buscando a Aarón Blake-. Dije intentando no tartamudear.

- Oh, pues yo soy su hermano, Edward Blake-.

“¿Qué?, el era su hermano, ¿acaso todos en su familia eran tan atractivos?”

- ¿Aarón te hiso algo?- me pregunto con voz aterciopelada.

- S…se comió mi almuerzo-. Conteste reteniendo el ataque cardiaco que su voz me había causado.

- Oh ya veo, entonces permite que yo te lo page-. Me dijo rodeando con su brazo mis hombros y llevándome a la cooperativa.

Realmente, ¿Dónde demonios estaba mime en estos momentos?

(Narración Jimena)

Había pasado tres horas en aquella oficina, escuchando al viejo hablar y hablar repetitivamente, no sabia con exactitud a que hora mi alma había abandonado mi cuerpo y vagaba en la nada imaginando y recordando los ojos del menor de los Blake, había sido como si con su mirada hubiese hurgado en mi mente y me preguntaba si el profesor Edward también tendría eses efecto en mi, al fin de cuentas eran hermanos.

- ¿Señorita?...-. tarde unos segundos en procesar la voz y reaccionar.

- ¿esta usted bien?-. me pregunto el hombre canoso haciendo una mueca de preocupación.

- Si, ¿Por qué?-. pregunte dejando caer las manos en mi regazo.

- No, es solo que dé repente le vi muy roja y pensé que se sentía mal-. Me explico.

¿Qué yo me había puesto roja?, solo haber pensado en ellos me había ruborizado, que patética era.

- Si no se siente bien puede retirarse, ya hemos terminado-.continuo el viejo.

Me sentí sumamente aliviada al escuchar eso, por fin regresaría a la escuela para seguir mi día como normalmente lo haría.

- Gracias por haberme prestado tres horas de su tiempo-. Dije mirando el reloj y sonriendo, ya iba a salir de la oficina cuando me detuvo su voz.

- Señorita, algo mas cuando llegue a la escuela busque este libro-. Me dijo escribiendo el nombre en un papel y estirando su mano para dármelo.

sobre literatura” leí en el papel, era cierto ese libro lo había visto antes en la biblioteca de la escuela.

- Y si puede conseguir como asesor al profesor Edward Blake tenga seguro que ganara-.

Y ahí íbamos de nuevo, ¿Qué cosa tenía ese profesor que lo hacía parecer tan perfecto ante mis ojos?

- ¿es muy bueno?-. pregunte curiosa.

- Lo es, el poco tiempo que ha estado aquí y he tratado con el, me a impresionado por su gran capacidad para el tema, tiene gran conocimiento para su pronta edad-. Me contesto.

“Oh, cielo santo, vendito seas por haber creado una criatura como el” pensé abriendo la puerta, la directora se había salido hacia una hora o mas pero me dijo que cuando saliera le hablara a la escuela para que alguien pasara por mi, así que saque mi móvil y marque el teléfono de la oficina, marco como cinco veces antes de que me contestara una voz masculina.

- ¿Anabel?-. pregunte, “por dios que pregunta mas tonta era lógico que no era ella”.

- No, pero no debe de tardar-. Me contestaron en un tono burló.

- ¿Quien habla?-. pregunte un tanto molesta por el tonito.

- El profesor Edward Blake-. Me contesto.

“oh, dios que bueno eras con migo, me permitiste escuchar su bella voz”

- ¿Bueno?...-. pregunto sacándome de mi trance.

- Ah…pues es que quisiera hablar con la directora soy me...Jimena-. tartamudee

- Ah, si-. Dijo con una voz aterciopelada y suave.- le diré que pase por ti, iría yo pero tengo que dar clases, no te desesperes y no salgas de ahí-.continuo el.

- S…si-.conteste y luego pude escuchar una leve risilla.

Me recargue en la pared del edificio, abrazándome con fuerza mientras intentaba calmar mi corazón, ¿esto era una jugarreta del destino?, ¿Por qué cuando estaba tan cerca tenia que ocurrir algo que me impidiera verle?

Estuve esperando tal vez una media hora hasta que vi la suburban plateada de la directora estacionarse frente a mí.

- ¿Como te fue?-. me pregunto en cuanto subí al auto.

- Bien, pero no era necesario que me quedara tanto tiempo-. Musite hundiéndome en el asiento, a lo que la directora volteo a mirarme con sus ojos azules que se escondían tras unos lentes de sol.

- Si el profesor Blake no me recuerda que estabas aquí aun estarías esperando-. Me dijo riendo, ante el comentario arque una ceja y me cruce de brazos.

- Entonces si le paso mi mensaje-.dije en un tono algo amargo.

- Si-. Me contesto asiendo una pausa.-de hecho cuando supo que tardaría se ofreció a venir por usted, pero tenia que dar la clase de filosofía en el “3ero C”-.

Maldito “3ero C” que se interponía en nuestro encuentro, por que el mundo estaba empeñado en evitar que lo conociera este día.

Mire mi reloj, según el aun me quedaban tres horas para intentar encontrármelo, pero como iban las cosas era probable que pasara algo que me saboteara el plan.

- El clima hoy esta muy raro-. Dijo la directora aterrizando mis pensamientos y rompiendo el silencio.

- ¿Por que lo dice?-. pregunte sin prestarle interés al tema.

- Por que hoy en la mañana el clima estaba helado, luego salió un sol terrible y ahora el cielo se esta nublando-.

Mire al cielo, ella tenia razón, parecía como si en cualquier momento fuera a caer una tormenta.

“Alexiel…”

Eses nombre volvía a retumbar en mi cabeza, como cuando amas a alguien, como cuando escuchas su nombre dentro de tu cabeza y te obliga a recordarle y extrañarle, como si ese nombre formara parte importante en mi interior.

- Alexiel…-musite, recargándome en el vidrio y empañándolo con mi aliento.

Cuando llegamos a la universidad, la media hora del almuerzo había terminado, pero la cafetería aun estaba abierta, así que me dirigí ahí para comer algo por primera vez en el día.

Cuando abrí la puerta de la cafetería esta estaba sola a excepción de las cocineras y una silueta castaña sentada en una de las ultimas mesas, me daba la espalda así que no podía ver quien era, sin embargo sentía como un escalofrió que crecía mientras mas miraba esa figura e instantes después aquella persona se volteo hacia mi, era Aarón Blake quien me miraba con sus frio y penetrantes ojos verdes., intente no prestarle atención y me dirigí a la barra para pedir un pan napolitano y un refresco de uva, pero cuando quise pagar me di cuenta de que el dinero no estaba en mi bolsillo.

“demonios debió caerse en algún lugar” refunfuñe, poniendo las cosas en la barra para regresarlas.

- ¿Cuánto es?-. pregunto una voz tras de mi y luego vi como una mano se atravesaba por encima de mi hombro con un billete de cincuenta.

- ¡No!- . dije volteando a quien había pagado por mí, era Aarón quien hacia caso omiso a mi petición de dejar así las cosas.

- Así esta bien-. Me dijo volteando a verme y dándose la media vuelta volvió a la mesa nuevamente de manera en la que pudiera verme.

- ¿piensas sentarte?-.me pregunto arqueando ambas cejas.

- ¿Me estas invitando a sentarme contigo?-. pregunte caminando hacia su mesa.

- Si quieres comer sola, por mi no hay problema-. Me contesto encogiéndose de hombros.

- Gracias-. Dije sonriendo y tomando asiento frente a el.

- Tu nombre es Aarón Blake ¿verdad?-. pregunte, sabía la respuesta pero que más podría decir.

- Si…-. Me contesto picoteando un plato de postre frente a el.

- ¿y tu eres?-.pregunto con su grave voz, clavando sus ojos en los míos.

- Jimena, pero me llaman mime-. Respondí un poco atolondrada por sus ojos fijos en los míos.

- ¿Y qué tiene que ver Jimena con mime?-.me pregunto recargando su cabeza en ambas manos.

- Ah pues si tomas mi nombre y le quitas el “na” te queda solo “Jime” si le quitas la “j” y le pones una “m” te queda “mime”-.conteste y sentí como mis mejillas se ruborizaban al ver que me miraba divertido.

- Me agradas más que la atolondrada que tienes por amiga-. Me dijo sonriendo suavemente e inmediatamente supe que hablaba de momo.

- Es buena, un poco suata pero buena-. Le dije mordiendo mi pan.

- Si tú lo dices-. Me dijo con sarcasmo.

- ¿No deberías de estar en clases?-.pregunte abriendo la lata de refresco.

- Estamos en examen de lectura-. Me respondió como si nada.

- ¿te volaste la clase?-.le pregunte para luego dar un sorbo a mi bebida.

- No, solo que termine el examen antes que todos y me dieron permiso de salir hasta que la clase acabara-. Explico.-vivir con un loco amante de la lectura sirve de algo en situaciones como estas-. Continúo y no pude evitar emitir una risa tonta al imaginar que el “loco” del que Aarón hablaba era su hermano.

- Entonces eres listo, tu familia debe de estar orgullosa-. Dije sin pensar.

- Si, supongo que si-. Me contesto con una sonrisa forzada y luego miro su reloj.

- Me dejo plantado otra vez-. Refunfuño en voz baja.

- ¿Quién?-. pregunte dejando de lado las sobras de mi “comida”.

- El idiota de Edward-. Me contesto casi gruñendo, por lo que reí de nuevo, parecía un niño haciendo berrinche y creo que se dio cuenta de lo que yo pensaba por que volteo a verme con cara de malo, luego una leve risilla lo invadió hasta calmarlo.

- Hoy vamos a salir temprano-. Me dijo bostezando.

- a si, ¿por qué?-. le pregunte, me sentía relajada, no como en otros días, este chico no era el monstruo intimidatorio que parecía, es mas era muy agradable hablar con el.

- Pues parece que una de las maestras se reporto enferma y otro no vino, ya nos adelantaron las otras clases y por lo tanto salimos al término de esta hora-.

Ahí iban de nuevo mis oportunidades de conocer al profesor Edward ya que sabía que cuando momo saliera de clases se dirigiría al auto y querría salir despavorida de la escuela.

- ¿Vas a esperar a tu hermano?-. pregunte esperando un “si, nos encontraremos aquí”

- Si, pero no se a que hora saldrá de dar clases, en este momento debe estar de lo lindo aplicándoles un examen sorpresa que estaba preparando para los de 3ero-. Me dijo riendo entre dientes.

- Cielo santo, que despiadado-. Dije en burla lo que hizo reír divertido a Aarón.

Estuvimos hablando un rato mas, cuando oímos la puerta del comedor abrirse y pude ver que Aarón fruncía el ceño y bufaba inconforme.
Me vire para ver quien era el que le había puesto de tan mala cara y era nadie más y nadie menos que momo, quien al ver al castaño puso una cara de pocos amigos.

- Te estuve buscando-. Me dijo ignorándolo por completo.

- Estaba platicando con Aarón-. Conteste viendo como ambos llevaban acabo una guerra de miradas.

- Jimena ya me voy-. Dijo Aarón poniéndose de pie y atravesándose entre momo se despidió de mi para luego pasar a la pelinegra como si nunca la hubiera visto.

- ¿Cómo es que lo soportas?-. me pregunto sacudiéndome.

- Es un chico agradable-. Respondí defendiéndolo.

- Si tu lo dices-.me dijo momo con sarcasmo, cruzándose de brazos y reí al recordar que lo mismo había dicho Aarón cuando había defendido a momo.

- Nos vamos, ya Salí-. Me dijo momo después de mirarme como una rara al ver que me reía de la nada.

- ¿Trajiste mi mochila?-. le pregunte, a lo que se volteo para dejarme ver mi “maleta” como ella la llamaba.

- Entonces vámonos-. Le dije, estaba decepcionada de no poder ver al profesor, cuando recordé que tenia que ir a buscar el libro a la biblioteca, tal vez, quizá tal vez él estuviera ahí.

- Momo espérame aquí tengo que ir a buscar algo a la biblioteca-. Le dije, para luego salir corriendo en dirección al ala oeste.
la biblioteca estaba en el tercer piso y abarcaba todo este.

Al llegar empuje la puerta de madera y vi decepcionada que no había nadie ahí.

- ¿hola?-.dije entrando, pero nadie me contesto, así que decidí buscar el libro por mi misma, me dirigí a donde tenían las fichas de cada libro y busque las del mío, estaba en los últimos estantes donde se encontraba todo lo referente al tema y según la ficha el libro estaba marcado como el “F 34”, pero por alguna razón el libro faltaba en el estante y su lugar estaba vacío.

- Que raro-. Murmure buscando nuevamente unos estantes mas arriba, aun que de todos modos de estar en esos estantes estaría fuera de mi alcance o mejor dicho de mi altura.

- F 58, F 59, F 34…-. Musite mientras leía las fichas de los libros.- ¿Qué haces ahí?-. dije mientras me ponía de puntillas y me estiraba para intentar alcanzarlo, en vano por supuesto ya que como presentía no podía alcanzarlo.

- Mmm… lo colocaron en otro lugar-. Dijo una voz muy cerca de mí y un brazo se estiro alcanzándome el libro.

- Gracias…-. Dije volteándome con dificultad ya que un pelinegro de ojos azules estaba tras de mi, muy cerca dejándome un espacio muy pequeño para maniobrar.

- No es nada-. Musito con voz aterciopelada entregándome el libro.

“que apuesto” pensé recorriéndolo con la vista, tenia el cabello largo y un poco alborotado y sus ojos eran casi turquesas, mientras que su piel era blanca y tersa por lo que sentí al rozar su mano.
Era como un ángel, uno muy bello y seductor.

Me miro unos segundos esperando alguna reacción por parte mía, pero yo estaba perdida observándolo y luego pude oír una risilla entre dientes por parte de el que me saco de mi coma fantasioso.

- Ah…gracias, yo me…voy-. Dije tartamudeando y saliendo de ahí como un gamo.

Cuando llegue a los jardines momo me esperaba sentada en una banca y se sorprendió al verme correr, como si de eso dependiera mi vida.

- ¿Estas bien?-. me pregunto al verme roja y falta de aire.

- Si, si vámonos-. Dije jadeando mientras intentaba conseguir aire, e instantes después escuche la voz de Aarón refunfuñando, así que me vire para despedirme, pero me paralice nuevamente al ver que con quien discutía era con el pelinegro de la biblioteca.

- Mira, el es el profesor Edward-. Me musito momo al oído.

“entonces es el” pensé intentando no hiperventilar al verlo caminar con un garbo excepcional hacia nosotras.

- ¿nos vamos?-. me pregunto momo tomándome de los hombros y girándome.

- Si…si-. Conteste caminando con pasos torpes.

- ¡Jimena!-. gritaron desde atrás, roge que no fuera Aarón, pero al parecer ese día mis oraciones no habían sido escuchadas, instantes después ambos Blake caminaban a nuestro lado, mira de reojo al mayor y pude divisar una sonrisa picara en sus labios que me quito el aliento.

- ¿Ya te vas?-. me pregunto Aarón.

- Eso no te importa-. Respondió momo.

- Perdón, pero no estoy hablando contigo monstruo-. Dijo Aarón mirando con el ceño fruncido a momo y luego regresando la vista a mí.

- Si-. Le conteste ruborizada al ver que el profesor Edward no me apartaba la vista.

- Ten cuidado, no te vallas a matar con ella conduciendo-. Dijo mirando a momo y adelantando el paso salieron antes que nosotras.

- ¡Ah! Lo odio-.refunfuño momo apretando los puños y ante su reacción solo pude reír divertida.